No conocemos estudios ni investigaciones sobre el fenómeno de la pareidolia en el marketing de ventas de automóviles. Sin embargo, existe una ciencia psicológica detrás de la pareidolia que, inconscientemente o no, influye en los resultados comerciales de un vehículo. Los investigadores siempre se centran en el diseño para poder penetrar en el subconsciente del comprador.

Nuestro cerebro busca comprender rápidamente lo que nos rodea, y uno de los principales detonantes para una compra exitosa es la emoción. Así que, ¿qué mejor que un coche que transmita emociones? Por eso nuestro cerebro asocia caras con lo que vemos, porque es algo presente en nuestra vida diaria y se vuelve fijo e incluso diferente, de ahí que se le llame pareidolia o curiosidad por los coches.

Los coches que parecen enojados o masculinos atraen más la atención al comprar, porque además de asociar nuestras emociones con nuestras decisiones, también enfatizamos nuestras certezas. Y como los coches todavía se consideran bienes masculinos, es más fácil que los vehículos con estas expresiones se vendan más que otros. Y estos suelen ser los que tienen las expresiones más fuertes, así que cuando veas un coche enojado o que te sonríe, ¡tranquilo! No te estás volviendo loco.