Al refinanciar su vehículo con un préstamo garantizado, está utilizando su activo para demostrarle al banco que es un buen pagador. Y, si no, está “garantizado”. Estás ofreciendo algo en caso de impago de la deuda. Y, por ello, los tipos de interés son mucho más competitivos, es decir, más bajos que los créditos quirografarios u otro tipo de préstamos. Y mucho más económico que un cheque especial, un crédito renovable o los intereses de una tarjeta de crédito. 

Si no tiene un vehículo, siempre puede consultar las opciones de préstamos personales en línea que ofrecen algunas empresas. Las tasas pueden ser buenas dependiendo de su perfil y puntaje crediticio. Sin embargo, un préstamo para vehículo, si lo tienes, es casi siempre la mejor opción. 

Aquellos que sean negativos también pueden solicitar un préstamo garantizado. Esta es otra de las grandes ventajas. Pero, por supuesto, esta persona también se someterá a un análisis sobre si se le puede conceder o no un crédito con garantía de vehículo. 

Dependiendo del año de fabricación y del modelo del auto, es posible obtener un monto de crédito entre 50% y 90% del valor total del vehículo. Este porcentaje también varía según las normas de cada entidad financiera. Pero cuanto más nuevo sea el vehículo, menores serán las tasas de interés y mejores serán las condiciones del préstamo del vehículo. 

Otra ventaja, gracias a la transformación digital, es que, tras solicitar el préstamo y firmar el contrato, es posible pagar mediante domiciliación bancaria. De esta forma, no corres el riesgo de olvidar o retrasar el pago.